Después de una grave lesión de clavícula, y aún sin haberme recuperado de la fractura de la otra clavícula, parecía que los objetivos del europeo, mundial y nacionales se diluían…
No obstante, gracias al apoyo de mi familia, amigos y equipo King Barcelona, no me resigné y seguí las planificaciones e indicaciones realizadas por Carlos Portilla para llegar a mediados de agosto en las mejores condiciones posibles.
Sin estar muy seguro de mi estado físico, el lunes 10 de agosto junto a mi amigo Xavi Martí y nuestras respectivas mujeres, emprendimos camino a Graz para disputar el Campeonato de Europa de Marathon. Durante esa semana tuvimos ocasión de entrenar y preparar el duro circuito de 93 km y 3.500 d+.
Salida conjunta de todas las categorías: master del europeo y élites que disputaban el campeonato nacional de Austria.
Inicio rápido en asfalto donde nos encontrábamos con un pequeño puerto de 1.6 km con tramos del 28 %, que le seguía una serie de pistas y senderos de fuerte desnivel.
En este punto me había escapado con los 3 primeros élites, pero nada más empezar a bajar comprobé que ese no era mi puesto: mis brazos y mi técnica distaba mucho de poder seguir su ritmo.
Después de un largo descenso, contactó conmigo un reducido grupo de masters y élites. Al iniciarse la segunda ascensión, me descolgué para poder comprobar uno a uno los dorsales de mis contrincantes. Entre ellos encontré a Gilberto Perini, un master de mi categoría con nacionalidad italiana y títulos mundiales en su palmarés.
Conocía el potencial técnico de Perini y sabía que la carrera terminaba en una trialera, por lo tanto, tenía que descolgarlo antes de llegar a los últimos kms. Para conseguirlo, me puse a tirar rompiendo el pequeño grupo, pero de poco me servía ya que en la siguiente bajada lo tenia nuevamente a mi rueda.
A partir de aquí y en los siguientes kms hasta meta, la historia se fue repitiendo: los pocos segundos que lograba distanciarme de Perini y resto de masters que lo acompañaban, lo recuperaban con cierta facilidad en las trialeras, donde aún mis frágiles brazos no son capaces de soportar los continuos impactos.
Aun así, a medida que iban pasando los km de carrera, Perini ya no lograba contactar conmigo, pero sí reducir la distancia tras cada trialera.
Andrea seguía la carrera desde Barcelona a través del Time Living de la organización, de esa manera podía informar de las distancias exactas en los controles de paso y en cada avituallamiento, Maite y Mercé me comunicaban dichas referencias.
Gracias a eso conseguí mantener una cierta distancia prudencial con mi principal rival a base de poner toda la carne en el asador y teniendo que arriesgar más de lo que hubiera deseado.
Después de 4:13:32 h de carrera llegué a meta y proclamándome campeón de Europa Marathón Master, con apenas dos minutos de ventaja respecto Perini.
La ilusión es inmensa por la obtención del título y por la dificultad del mismo (no vi clara mi victoria hasta escasos 8 kms de meta).