Este 31 de agosto se ha celebrado en Val di Sole (Italia) la carrera que otorga el mayor título de la temporada para categoría Master.

Un circuito situado en un entorno paradisiaco, caracterizado por sectores muy diferentes:

La carrera de Master 50 se celebró a las 14:00h. Con un estado del circuito esplendido y con los 53 participantes donde destacaban los nombre de Jean Paul Stephan, Timothy Gould, Gilberto Perini, Keld Pedersen, entre otros grandes ciclistas. Aun así me sentía confiado de mis posibilidades, con un circuito afín a mis características y en mi punta de forma de la temporada.

Pero las carreras no siempre son como uno las plantea o prepara. Realicé una mala salida pero la subsané rápidamente poniéndome en cabeza, abriendo hueco con el italiano Perini y el canadiense Caterini a mi rueda.

Al paso de la primera vuelta solo nos seguía a unos 20’’ un grupo de cuatro corredores liderado por Gould. En la fuerte subida de la segunda vuelta decidí atacar con todas mis fuerzas para intentar descolgar a mis compañeros de fuga, ya que tan solo se limitaban a ir a mi rueda.

Note que mis piernas no tenían la fuerza de días atrás, aun así continúe con mi ataque, descolgando en apenas 12’’ a Perini en la subida y unos 30’’ a Caterini.

El resultado del esfuerzo lo pague en una posterior zona técnica de subida, siendo rebasado por Perini.

Pasado de pulsaciones y aun sin poder recuperar esos segundos perdidos, decidí replantear la carrera y bajar un punto de intensidad y marcar mi ritmo, esperando que Penini pagara el esfuerzo.

Toda la carrera fue una sensación de impotencia, de no tener ese golpe de pedal de otros días. Aun así me deje la vida y sufrí como hacía tiempo no lo hacía para conseguir este subcampeonato que me sabe a victoria.

Las estadísticas dicen que es muy difícil lograr grandes éxitos, pero aún más repetirlos.